lunes, 22 de julio de 2013

Valor-ando.


Apreciar que estoy respirando por mis propios medios.  Apreciar el desayuno y el olor a café por las mañanas.
Apreciar la ducha de agua fría con la que se inicia cada día, acompañada de un Playlist que motiva.
Apreciar que tengo con qué vestirme, y suficiente para debatirme.
Apreciar la disposición de mi madre para llevarme todas las mañanas a la universidad, y la oportunidad de aprovechar esos 15 minutos que el tráfico nos concede para conversar.
Apreciar el ambiente, la música e incluso la gente grata y no tan-to de la Facultad.
Apreciar a los profesores, por dedicar su vida a preparar jóvenes como yo.
Apreciar mi celular. Mucho.
Apreciar a los filósofos de mi TL.
Apreciar el calor del medio-día.
Apreciar al amigo del pasillo.
Apreciar a ese par de queridos consanguíneos por sus "¿Cómo te fue hoy?" con un verdadero interés por la respuesta que se esconde detrás de la entonación de interrogación, y por esa tertulia de otros 15 minutos que nos concede la hora pico.
Apreciar el bullicio que me aleja de la soledad.
Apreciar el tiempo contra reloj que me hace caminar más rápido.
Apreciarlo. Quererlo.

Apreciar las responsabilidades.
Apreciar las llamadas.
Apreciar los “Nos vemos mañana" con tono esperanzado de que así sea.
Apreciar la música de ambiente.
Apreciar los Playlist improvisados.
Apreciar la música a todo volumen.
Apreciar llegar a mi casa.
Apreciar el agua y el perdón del planeta por la segunda ducha -más extensa- del transcurso.
Apreciar mi cama.
Apreciar lo bueno.
Apreciar lo no-tan-bueno.
Apreciar los sueños.
Apreciar las fantasías.
Apreciar la oportunidad de vivir.  
_ _ _ _Apreciarme. Amarme.

Mis libros quieren ser leídos y mis cuadernos escritos.

Todo comienza en el momento que piso un salón de clases con sobrepoblación, donde me es difícil determinar si faltan pupitres, o metros cuadrados, o ambos, y es que realmente no puedo pensar mucho mientras mi cerebro se concentra en realizar movimientos sutiles para no lastimar a quienes se sientan en el piso mientras me adentro en el aula en la cual -al igual ellos- terminaré en algún rincón cercano al profesor que me permita escucharlo, ya que estoy resignada a que no podré verlo a la cara y mucho menos tendré visión al pizarrón. Fácil es preguntarme en ese instante si es que acaso soy menos estudiante que quienes sí están sentados como humanos porque nuestra Escuela y el mortal encargado de la asignación de aulas no tomó en consideración a mi persona, ni a las otras 48 que se encuentran en la misma situación que yo, ¿Acaso él también realizará su trabajo desde la comodidad del piso frío y sucio? Espero. Mientras pasa el tiempo antes de que inicie la clase, divago mi mente imaginando en lo que él estaría pensando cuando asignó a más de 180 alumnos en un salón con capacidad para 80 y con 60 pupitres, -quizás cuantos se habrá fumado- sin embargo tengo fe en que no traspapelará esa carta que contiene la solicitud de cambio, como supongo lo hizo con las otras tres por la ausencia de respuesta… Eso me recuerda la promesa que le hice a mis compañeros de preguntarle por ellas si lo encontraba en los pasillos durante alguna de mis horas “libres" que supongo tendré mañana por la falta de algún profesor, a veces me divierte apostar quién llegará tarde o simplemente no se presentará… Ah, con respecto a los profesores, sí, ¿Será que él nos podrá informar algo acerca de eso? También debo preguntarle por ellos, si les pagarán o no, si acatarán el paro o si será posible para nosotros tener clases de manera regular, a ver si dejo de sentirme burlada de ver cómo merman mis derechos por irresponsabilidades y actos ilícitos de terceros... Y por otro lado mis amigos, esos que ya le cancelaron al transporte la cuota del mes y sienten que están perdiendo su dinero. En caso de que no sepa nada respecto al tema probablemente pueda responderme por otros aspectos que nos preocupan, como el descuido de las instalaciones y jardines de nuestra Facultad, digo, entre ellos todos se conocen, ¿No? Quizás me refiera con su colega, a ese que le entregaron el dinero del mantenimiento pero aún no sabemos qué ha hecho con tantos ceros… Bueno, hay rumores de una camioneta nueva, pero yo no caigo en cuentos de pasillo, en fin, por mi parte con lo que puedo iniciar para promover el cuido de nuestras instalaciones es hablar con mis amigos de los partidos políticos para que dejen de pintar cada espacio libre que se encuentran, ojalá escribieran en los exámenes como escriben en la paredes, llamaré al caballero que los dirige a ver qué puede hacer al respeto, por suerte lo conozco porque estudió con mis primas hace unos años cuando se había cambiado de carrera por tercera vez, qué lastima que aún no se ha graduado, ¿Habrá realizado un cuarto cambio? Es probable, sólo espero que ésta vez sí sea lo suyo. Y, desviando mis pensamientos a otro lugar, ¿Me dará chance de ir a comprar la Guía de Orientación? Digo, si es que tienen, o están abiertos, si quieren trabajar o algo por el estilo, pediría algún libro relacionado con el tema en la biblioteca y le pediría a Ruben que lo fotocopiara para mi, pero desde que el aire se dañó ya no tenemos acceso a ella y la verdad es que tampoco tenía muchas oportunidades de encontrar alguno, dicen que son cada vez menos los libros que están disponibles; como diría un buen amigo "Cuando consigas el texto que estás buscando, no lo devuelvas hasta que hayas terminado de cursar la materia o no lo conseguirás nunca más porque ya alguien habrá hecho esto que te estoy diciendo." Cabe destacar que odio aceptar cuanta razón tiene, pero me niego a la idea de ser como el resto y tomar textos de bien común, además me aterroriza pensar que soy propensa al igual que todos y sin importar la hora, que al salir de la Facultad me asalten y me los quiten junto al resto de mis pertenencias, ¿Sabrán las autoridades competentes de esas irregularidades? Al igual que con el otro mortal, espero que sí, o al menos me gustaría que tuviesen idea de que el tiempo que invertí para escribir éstas líneas pude haberlo explotado en un productivo día de clases, lástima que los compañeros de Agronomía estén protestando en éste momento y ellos aún no se hayan pronunciado. 

Saludos desde mi cuarto, que tiene libros de Derecho empolvándose

[Escrito el 16 de mayo de 2013]