Apreciar que estoy respirando por mis propios medios. Apreciar el desayuno y el olor a café por las mañanas.
Apreciar la ducha de agua fría con la que se inicia cada día, acompañada de un Playlist que motiva.
Apreciar que tengo con qué vestirme, y suficiente para debatirme.
Apreciar la disposición de mi madre para llevarme todas las mañanas a la universidad, y la oportunidad de aprovechar esos 15 minutos que el tráfico nos concede para conversar.
Apreciar el ambiente, la música e incluso la gente grata y no tan-to de la Facultad.
Apreciar a los profesores, por dedicar su vida a preparar jóvenes como yo.
Apreciar mi celular. Mucho.
Apreciar a los filósofos de mi TL.
Apreciar el calor del medio-día.
Apreciar al amigo del pasillo.
Apreciar a ese par de queridos consanguíneos por sus "¿Cómo te fue hoy?" con un verdadero interés por la respuesta que se esconde detrás de la entonación de interrogación, y por esa tertulia de otros 15 minutos que nos concede la hora pico.
Apreciar el bullicio que me aleja de la soledad.
Apreciar el tiempo contra reloj que me hace caminar más rápido.
Apreciarlo. Quererlo.
Apreciar las responsabilidades.
Apreciar las llamadas.
Apreciar los “Nos vemos mañana" con tono esperanzado de que así sea.
Apreciar la música de ambiente.
Apreciar los Playlist improvisados.
Apreciar la música a todo volumen.
Apreciar llegar a mi casa.
Apreciar el agua y el perdón del planeta por la segunda ducha -más extensa- del transcurso.
Apreciar mi cama.
Apreciar lo bueno.
Apreciar lo no-tan-bueno.
Apreciar los sueños.
Apreciar las fantasías.
Apreciar la oportunidad de vivir.
_ _ _ _Apreciarme. Amarme.
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