miércoles, 7 de agosto de 2013

¿Cómo queremos lo que queremos?

(Ilustración por Natalia Swarz)

Más de una vez me he identificado con Peggy Olson, esa chica originaria de Brooklyn con proyecciones de grandeza. Hay distintas maneras de engalanar el significado de Alpha Female y Margaret se ha convertido en la Carolina Herrera del mundo warrior en Mad Men. Aunque tenga mis días en los que le permito a Joan ser mi musa, es realmente Olson quien se lleva mi atención y constante estudio.

Claro está que ver series de calidad es uno de mis grandes placeres sin lugar a dudas, soy una cinéfila empedernida que más allá de estudiar la producción, el vestuario, el maquillaje y seguirle el trabajo al continuador como ejercicio mental, me sumerjo en el guión y me convierto en Sherlock Holmes para desentrañar a cada personaje aun cuando no sé nada de ese mundo; sin embargo desde mi perspectiva, Peggy fue un personaje meticulosamente creado y diseñado, el cabello -y su tonalidad-, el vestuario, el tono de voz e incluso su forma de caminar -¡Aclamada seas, Elisabeth Moss!- Y es que si me adentro más a disfrutar de lo que realmente importa que es su personalidad, destaca su complejo de Franklin para evadir situaciones, personas y sentimientos e incluso -en algunos casos- a sí misma. Ahora me pregunto, ¿Qué hago yo dentro de Mad Men? Hablemos de historias cíclicas, quizás, pero sé que ella no es el típico prototipo de mujer y hasta Don está consciente de ello. 

Podemos estar muriendo por dentro, pero cada lágrima es un punto menos como mujer de negocios, emprendora y que espera el respeto y el trato igualitario por parte de un rebaño de hombres machistas -sexys, sí, pero machistas- que desconocen lo que queremos las mujeres, y que seguirá siendo así por el resto de nuestros días porque... Ni nosotras tenemos claro cómo queremos lo queremos. ¿Que sabemos lo que queremos? Claro que sí, lo que no está claro es la metodología ni el camino que elegiremos para llegar a ello. 

Como ejemplo, los dejo en nuestra mente, desde el inicio del día:

Hoy quiero vestirme de rosa
¿Uso pantalón o falta? 
¿El blazer o el pull-over? 
No, falda, sí, falda.
High-Waisted, claro.
¿Con estampado? - No, sobria. 
Oh sí, el pull-over. 
High-Hells, please. 
¡Listo! Ya sé lo que voy a usar hoy.


  
(Fotografía: Estilo Stilleto)

Y terminamos vistiendo así porque cuando estuvimos frente al closet, decidimos que queríamos pasar el día con comodidad, sólo que no estabamos seguras sobre si sería con pantalones o con falda.


Es parte de nuestra naturaleza ser seres divinamente complicados y dignos objetos de estudio, nuestra main reason to be trabaja en función de colocar la alfombra roja al camino donde daremos cada paso que va enfocado a conseguir el éxito, tanto económico como psicólogo y sentimental. ¿Por qué admirar a Peggy? Por su evolución, por su toma de desición y la firmeza de la misma, ella no eligió ser una ama de casa y la querida Campbell, prefirió ser parte de la revolución femenina en el campo laboral que tomaba auge hace más de cuatro décadas. Ella quería ser feliz » ¡Una Gerente Creativa feliz!

Queremos ser felices, pero no siempre tenemos claro en qué. 



¿Sacrificar éxitos profesionales por un terceros? 
Confieso ser la Peggy de los 2000s.

martes, 6 de agosto de 2013

Tramitando los Papeles de Liberación


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Quizás ha sido el playlist en repeat infitino de Drexler o las consecuencias de tener una ensalada de emociones mal aderazada como plato principal durante los últimos días, que es lo mismo que lo primero; y es que las mujeres fuimos creadas porque Dios quería ver algo más entretenido cuando se asomara por acá, él sabía que la simplicidad de los hombres llegaría una vez inventadas las ceverzas y los partidos de fútbol. Sea por una razón o la otra acá estamos, y aquí estoy yo, con un mix que parece sacado de emisora tukky de lo horrible que está. Soy un corazón adolescente con ganas de más, con ganas de leer, de escribir, de creer, de crear, de ilustrar, de cantar y de amar, amar sin restricciones porque esto del secreto ya me está cansando.

"¿Qué tendrá de real esta locura, ¿Quién nos asegura que esto es normal?" No lo sé, Jorge, pero yo también perdí la mesura en medio de tus letras, gracias por eso, ha sido relajante esto de sentir sin ver a quién, amar a alguien sin ver qué es, es una sensación extraordinaria que ya me la habían descrito pero como todo, es nada comparado a la experiencia propia, y… ¡Qué lindas mariposas! Porque ya tenía rato con estas palabras estancadas, la musa llegaba y el internet se iba de paseo junto con la batería de la laptop, viajaban al mismo lugar donde había dejado olvidado -gracias al mal de salir apurada- el cargador, pero aquí está, como tal benevolente llegó justo para el momento que según Mía Astral, debía estar haciendo esto: Escribir. Para ustedes y para mi.

¿Se puede escribir para dos personas?, ¿Dos cuerpos muy distintos? Al menos lo estoy intentando mientras veo las luces al otro lado del río, o en mi caso, el cuarto, la cama, las sábanas y sus derivados para conocer también lo que se siente sentir realmente, y ya que aún no bailo en la cama, decidí aprender bailar para cumplir esa frase célebre de que bailar es el deseo no-sé-qué del cuerpo. Aunque todo comenzó como una excusa para no quedarme sentada en las fiestas, lo he agarrado de monotema porque es lo que naturalmente suele pasar cuando las cosas no resultan ser como las esperaba, no importa con cuántos chamos chéveres, bonitos, habilidosos y picarones baile allá, yo sigo sintiendo un vacío extraño que es llenado únicamente por quien me pisa los pies.

Su calor y su frío, y no sé cuánto de mi vacío es amor y cuánto es deseo, sólo sé que entre rodillas torpes y pies veloces nos entendemos. Gracias, por ser los responsables de que por primera vez en mucho tiempo he bajado mi guardia y colgado mi armadura. Aquellos sabrán cómo bailar a una mujer, pero ustedes sin mucho esfuerzo han liberado a Franklin y lo han sacado de su caparazón, sin tener idea de cuánto lo necesitaba.

, terminaste convirtiéndote en eso que no esperaba y que ahora no quiero perder, todo gracias al castigo de mi lengua.


Por primera vez me alegro de haber hablado de más.

lunes, 5 de agosto de 2013

Un día con Paulo Valencia





Disfrutando la vista vespertina de Maracaibo y la luz del sol que entra por la ventana de la cabina, Paulo Valencia se prepara para iniciar una vez más Tendencia Radio por OK 101 FM. Lleno de energía y buenas vibras, con una rápida ojeada al guión, las “Buenas tardes” a todos los oyentes y a su compañera Melissa, da inicio al programa que ha convertido a Tendencia en “la revista que se escucha”. 


¿Por qué decidiste formar parte del mundo periodístico?
http://www.dondykriga.com/logo_tendencia_rojo.pngTe voy a ser sincero, yo no soy Periodista, soy Ingeniero Mecánico, sin embargo los medios de comunicación siempre me han llamado la atención, siempre quise verme involucrado en alguno, ya fuese impreso o audiovisual, y en determinado momento de mi vida se me presentó la oportunidad de trabajar dentro de Tendencia en la parte de redacción como colaborador de la revista en el año 2007, cosa que fue mi primera incursión en un medio de importancia aquí en Venezuela en el caso de Maracaibo, y en el año 2011 se dio la oportunidad de entrar ya a formar parte de lo que era el trabajo en radio, aprovechando que acababa de terminar mi curso como locutor profesional, incursioné en algo que siempre había querido hacer. Aún mantengo mi carrera como Ingeniero, en este momento no la estoy ejerciendo al cien porciento sin embargo me siento muy contento haciendo esto porque sé que podemos hacer muchas cosas a través de los medios: enseñar, educar, informar, siempre con la mejor manera y con la mejor disposición. 

¿Por qué la radio y no la televisión?
La televisión en algún momento me llamó la atención, sin embargo cubre unos aspectos mucho más complejos en lo que quizás tenía que cuidar mucho más detalle, y aunque lo pensé hacer e hice algún tipo de prueba para televisión, me di cuenta que me sentí más cómodo en la parte de producción que frente a las cámaras. Uno de los aspectos que más me gusta de la televisión, son los programas de opinión o los talk shows por las noches, tipo Chataing o David Letterman y quizás el periodismo deportivo, más allá de eso, en la radio siento que puedo hacer muchas más cosas, además de que soy una persona muy musical. 

¿En qué consiste el trabajo en Tendencia Radio?
En producir, hablar acerca de todo, abordar los temas que nos atañen todas las semanas, siempre relacionados con el estilo de la revista y tratando de hacer –como siempre lo he dicho- una ventana cultural de Maracaibo hacia el mundo, no solamente a través de las páginas de la revista sino también a través del circulo radial. 

¿Cuáles son las labores básicas de un locutor?
Las labores básicas de un locutor son: Estar pendiente del acontecer diario y muy pendiente de lo que está sucediendo en la cabina, debe haber mucha comunicación con el productor, con el operador, el musicalizador... Porque todo es un conjunto de cosas. El locutor no solamente llega a hablar, a leer un guión y a estar al tanto de tratar de mantener el interés en la audiencia sino también debe estar él en sintonía con todo lo que está haciendo para poder transmitir un mensaje con mayor efectividad. 

¿Cuál es el toque personal que Paulo le da a su día de trabajo?
El toque personal es aplicar lo que a mí me gustaría escuchar en un programa de radio, trato de imitar las cosas que en algún momento me gustaron cuando las escuché en radio o televisión y de llevar eso a mi espacio. ¿Tengo mucho trabajo por hacer? Sí, creo que aún no he llegado al nivel que quiero escuchar.

Imaginemos que estás en vivo y tu invitado usa una palabra poco acorde para la radio en horario Todo Público, ¿Qué haces?
http://www.dondykriga.com/logo_tendencia_rojo.pngLo primero es no entrar en pánico, dejar que el invitado hable, si reincide –porque esas cosas pueden pasar- es apropiado tratar de interrumpirlo suavemente o adelantarse a la palabra, si el invitado se queda callado tratar de reformular lo que quiso decir pero con las palabras correctas. Eso suele suceder, no hay manera de evitarlo, es un riesgo que siempre va a estar especialmente en radio o televisión en vivo,  lo único es que, primero que todo no sucumbir al pánico, porque la ley es estricta si estás haciéndolo intencionalmente, muchas veces los invitados no tienen consciencia de lo que están haciendo, ahora bien, hay otros que vienen con la intencionalidad de hacerte daño, entonces en ese caso tú tienes que parar, exigirle o recordarle que estás en un horario AAA, en un espacio público y que no debe utilizar cierta terminología de la mejor manera, para no avanzar mucho más en una cosa que puede ser totalmente desastrosa si no la paras a tiempo. [Risas]

En Tendencia Radio: El momento más bizarro.
[Risas] El momento más bizarro fue una vez que nos visitó el cantante Hany Kauam, él estaba en la emisora OK 101 y nos dijeron “Mira, si podemos entrevistar rápidamente a Hany Kauam que está aquí en la emisora” nosotros estábamos con nuestro plan del día, no esperábamos a Hany y dijimos “Bueno, ya que él está, que es una figura reconocida a nivel nacional y es un músico que tiene cierta trayectoria, ¡Vamos a entrevistarlo!”. Ese señor –con todo respeto a Hany Kauam- llegó y estaba súper intenso, súper hiperactivo, le decía unas cosas a Melissa [Risas], estaba hablando de más, en realidad fue un momento muy, muy extraño que estábamos tratando de disfrutar, de hecho lo disfrutamos porque lo recordamos con mucha risa pero en ese momento te confieso que fue mucho stress, porque no sabíamos con qué iba a salir. 

Tenemos a Paulo el Ingeniero, tenemos a Paulo el Locutor, y además Paulo escribe para la revista Tendencia… ¿Cómo consigues el equilibrio y manejas tus pasiones a lo largo de la carrera?
Uno siempre tiene que darle prioridad a lo que piensa y lo que quiere, nosotros vivimos en una sociedad o hasta no hace mucho vivíamos en una sociedad en la que debías cumplir ciertos roles o –si tenías la oportunidad de estudiar- cumplir ciertas carreras para garantizar un buen futuro, digamos que ese podría ser mi caso, hoy en día son tiempos totalmente diferentes, un joven que tenga interés por ingeniería, o que tenga interés por los medios o que tenga muchos intereses los puede abordar sin ningún problema, la capacidad está, se han desarrollado herramientas para que tú puedas hacer muchas cosas a tiempo, puedes grabar un disco en tu casa sin necesidad de ir a un estudio, hoy en día puedes hacer un blog, puedes ser escritora desde tu casa, puedes inclusive hacer un espacio radial complemente grabado y después buscas un espacio en alguna emisora… Simplemente dejarte llevar por lo que te gusta, aprovechar que estos tiempos son convenientes para eso y si en algún momento sientes el interés y las ganas de desarrollarte en la rama de algún área que te llama la atención ¡Inténtalo! Puede que a lo mejor a los 3 meses o al año te deje de gustar pero fue una experiencia más para tu curriculum, o como a lo mejor te gustó demasiado y seguiste por ahí e hiciste una gran carrera. Yo creo que en mi caso, siendo de una generación anterior a la de Melissa, puedo decirte que las transiciones no son tan fáciles, pero nos adaptamos a los nuevos tiempos. Yo creo que para la juventud de hoy en día es mucho más sencillo, tienen un alto rango de actividades, de posibilidades que tienen que aprovechar y mi consejo es: Probar, en la variedad está el placer y puedes probar muchas cosas hasta que des con lo que realmente te gusta, y si de repente no das todavía con lo que te gusta, ¡No importa! Disfruta el recorrido porque estás aprendiendo muchas cosas y eso es súper positivo para ti. 

¿Cuál es el consejo que le brindas a todos los jóvenes contemporáneos conmigo entre 17 y 21 años que nos estamos preparando para ser periodistas pero que nos enfrentamos a los estigmas que mantiene una sociedad intolerante hacia las opiniones distintas?
Yo pienso que hoy en día un rasgo que identifique a la juventud es que son muy seguros de sí mismos, cada proyecto, cada meta que se proponen, la mayoría la cumple y simplemente si tú estás convencido de lo que te gusta, están convencidos hacia donde quieren llegar, simplemente confíen en ustedes mismos, esa es la base de todo proyecto exitoso, ser uno mismo, enfrentarse a los retos, anticiparse a que van a haber muchas cosas difíciles, sin embargo siempre se pueden superar si las haces con constancia, con esfuerzo, con concentración, siempre enfocado en una misma meta. Los jóvenes hoy (17 – 21 años) están en una edad valiosísima, que todavía no han llegado a tomar decisiones importantes para sus objetivos, están como en una etapa de “esponja”, están absorbiendo absolutamente todo y tienen que profundizar eso al máximo, no solamente hasta los 21 años, incluso tú sigues ascendiendo hasta los 23, 24, 30, 32, 34 años y sigues aprendiendo muchas cosas, pero esa edad entre los 17 y los 21 es muy característica porque allí es donde vas a observar con mayor efusividad muchas de las cosas que quieres hacer, así que, simple: Confíen en ustedes mismos, luchen por los proyectos que quieran y muy importante… Muchos nos enfocamos en el éxito, en que queremos tener éxito, y el éxito es muy bueno, pero es mejor el fracaso, porque nos va llevando poco a poco hacia el éxito, a hacer lo que queremos, si no fracasamos no vamos a conseguir el éxito, debemos de convencernos de que si nos ponemos un proyecto muy seguramente no nos va a ir bien, vamos a tener algunas fallas y eso es normal, porque esas fallas son las que nos van a llevar a lograr la perfección, nadie nace exitoso, tenemos que pasar por el camino de uno o de otro fracaso, pero cuando llegues al éxito te vas a dar cuenta de que todos esos fracasos, en vez de malos fueron muy buenos porque te llevaron a ese lugar donde querías llegar. Simplemente eso, nunca desanimarte en tus fracasos, más bien tomarlos como lección, seguir creciendo que eso es, las lecciones más valiosas vienen de lo práctico. 


Esta Entrada está conformada por el estracto de una buena conversa, varias tertulias, anécdotas y sobretodo consejos y risas, dedicada con el mayor de los cariños a los estudiantes de Comunicación Social, con los cuales comparto estas palabras que Paulo me dejó y que desde entonces han estado presente conmigo más de lo que él cree. Estas líneas son para aquellos compañeros que están desesperanzados o que profesan la erronéa idea de que terminarán en el núcleo de alguna actividad desvinculada a su profesión, pero también son para mi, para releer lo bueno y así nunca olvidarlo, para no permitir que los estragos de la sociedad, las devaluaciones, la lechuga, la falta de electricidad, los periodistas taxistas, el paro en LUZ o todo lo intimidante, me aleje de mis ideales que están fuertemente plasmados en mi proyección, basados en hacer lo que me apasiona y he aprendido a amar. 

¡Gracias Paulo! Por el buen rato y por las risas, dentro de poco te llegaré con frutos y más adelante como colega. 


lunes, 22 de julio de 2013

Valor-ando.


Apreciar que estoy respirando por mis propios medios.  Apreciar el desayuno y el olor a café por las mañanas.
Apreciar la ducha de agua fría con la que se inicia cada día, acompañada de un Playlist que motiva.
Apreciar que tengo con qué vestirme, y suficiente para debatirme.
Apreciar la disposición de mi madre para llevarme todas las mañanas a la universidad, y la oportunidad de aprovechar esos 15 minutos que el tráfico nos concede para conversar.
Apreciar el ambiente, la música e incluso la gente grata y no tan-to de la Facultad.
Apreciar a los profesores, por dedicar su vida a preparar jóvenes como yo.
Apreciar mi celular. Mucho.
Apreciar a los filósofos de mi TL.
Apreciar el calor del medio-día.
Apreciar al amigo del pasillo.
Apreciar a ese par de queridos consanguíneos por sus "¿Cómo te fue hoy?" con un verdadero interés por la respuesta que se esconde detrás de la entonación de interrogación, y por esa tertulia de otros 15 minutos que nos concede la hora pico.
Apreciar el bullicio que me aleja de la soledad.
Apreciar el tiempo contra reloj que me hace caminar más rápido.
Apreciarlo. Quererlo.

Apreciar las responsabilidades.
Apreciar las llamadas.
Apreciar los “Nos vemos mañana" con tono esperanzado de que así sea.
Apreciar la música de ambiente.
Apreciar los Playlist improvisados.
Apreciar la música a todo volumen.
Apreciar llegar a mi casa.
Apreciar el agua y el perdón del planeta por la segunda ducha -más extensa- del transcurso.
Apreciar mi cama.
Apreciar lo bueno.
Apreciar lo no-tan-bueno.
Apreciar los sueños.
Apreciar las fantasías.
Apreciar la oportunidad de vivir.  
_ _ _ _Apreciarme. Amarme.

Mis libros quieren ser leídos y mis cuadernos escritos.

Todo comienza en el momento que piso un salón de clases con sobrepoblación, donde me es difícil determinar si faltan pupitres, o metros cuadrados, o ambos, y es que realmente no puedo pensar mucho mientras mi cerebro se concentra en realizar movimientos sutiles para no lastimar a quienes se sientan en el piso mientras me adentro en el aula en la cual -al igual ellos- terminaré en algún rincón cercano al profesor que me permita escucharlo, ya que estoy resignada a que no podré verlo a la cara y mucho menos tendré visión al pizarrón. Fácil es preguntarme en ese instante si es que acaso soy menos estudiante que quienes sí están sentados como humanos porque nuestra Escuela y el mortal encargado de la asignación de aulas no tomó en consideración a mi persona, ni a las otras 48 que se encuentran en la misma situación que yo, ¿Acaso él también realizará su trabajo desde la comodidad del piso frío y sucio? Espero. Mientras pasa el tiempo antes de que inicie la clase, divago mi mente imaginando en lo que él estaría pensando cuando asignó a más de 180 alumnos en un salón con capacidad para 80 y con 60 pupitres, -quizás cuantos se habrá fumado- sin embargo tengo fe en que no traspapelará esa carta que contiene la solicitud de cambio, como supongo lo hizo con las otras tres por la ausencia de respuesta… Eso me recuerda la promesa que le hice a mis compañeros de preguntarle por ellas si lo encontraba en los pasillos durante alguna de mis horas “libres" que supongo tendré mañana por la falta de algún profesor, a veces me divierte apostar quién llegará tarde o simplemente no se presentará… Ah, con respecto a los profesores, sí, ¿Será que él nos podrá informar algo acerca de eso? También debo preguntarle por ellos, si les pagarán o no, si acatarán el paro o si será posible para nosotros tener clases de manera regular, a ver si dejo de sentirme burlada de ver cómo merman mis derechos por irresponsabilidades y actos ilícitos de terceros... Y por otro lado mis amigos, esos que ya le cancelaron al transporte la cuota del mes y sienten que están perdiendo su dinero. En caso de que no sepa nada respecto al tema probablemente pueda responderme por otros aspectos que nos preocupan, como el descuido de las instalaciones y jardines de nuestra Facultad, digo, entre ellos todos se conocen, ¿No? Quizás me refiera con su colega, a ese que le entregaron el dinero del mantenimiento pero aún no sabemos qué ha hecho con tantos ceros… Bueno, hay rumores de una camioneta nueva, pero yo no caigo en cuentos de pasillo, en fin, por mi parte con lo que puedo iniciar para promover el cuido de nuestras instalaciones es hablar con mis amigos de los partidos políticos para que dejen de pintar cada espacio libre que se encuentran, ojalá escribieran en los exámenes como escriben en la paredes, llamaré al caballero que los dirige a ver qué puede hacer al respeto, por suerte lo conozco porque estudió con mis primas hace unos años cuando se había cambiado de carrera por tercera vez, qué lastima que aún no se ha graduado, ¿Habrá realizado un cuarto cambio? Es probable, sólo espero que ésta vez sí sea lo suyo. Y, desviando mis pensamientos a otro lugar, ¿Me dará chance de ir a comprar la Guía de Orientación? Digo, si es que tienen, o están abiertos, si quieren trabajar o algo por el estilo, pediría algún libro relacionado con el tema en la biblioteca y le pediría a Ruben que lo fotocopiara para mi, pero desde que el aire se dañó ya no tenemos acceso a ella y la verdad es que tampoco tenía muchas oportunidades de encontrar alguno, dicen que son cada vez menos los libros que están disponibles; como diría un buen amigo "Cuando consigas el texto que estás buscando, no lo devuelvas hasta que hayas terminado de cursar la materia o no lo conseguirás nunca más porque ya alguien habrá hecho esto que te estoy diciendo." Cabe destacar que odio aceptar cuanta razón tiene, pero me niego a la idea de ser como el resto y tomar textos de bien común, además me aterroriza pensar que soy propensa al igual que todos y sin importar la hora, que al salir de la Facultad me asalten y me los quiten junto al resto de mis pertenencias, ¿Sabrán las autoridades competentes de esas irregularidades? Al igual que con el otro mortal, espero que sí, o al menos me gustaría que tuviesen idea de que el tiempo que invertí para escribir éstas líneas pude haberlo explotado en un productivo día de clases, lástima que los compañeros de Agronomía estén protestando en éste momento y ellos aún no se hayan pronunciado. 

Saludos desde mi cuarto, que tiene libros de Derecho empolvándose

[Escrito el 16 de mayo de 2013]

jueves, 28 de marzo de 2013

Inseguridades versus emociones.

-Yo: “Ella te gusta, ¿No?” -Él: “No, ella no me gusta. Me gustas tú.” Son esas tres palabras las que muchas mujeres mueren por oír: Me gustas tú. Las oí pero no del indicado así que ese momento soñado se convirtió automáticamente en una de las situaciones más incomodas en las que me he visto involucrada. Cabe destacar que sucedió frente a amigos… Dejo lo demás a su imaginación. Si algo admiro ahora de él es su valentía, pues, como humana tengo pavor de ser rechazada de cualquier manera y sobretodo en relaciones sentimentales. Es que demostrar amor es fácil; ¿Aceptar que lo sentimos? He ahí el reto. Siempre, durante toda nuestra vida nos hemos enfrentado a las leales inseguridades que nos acompañan la mayor parte del tiempo, algunas veces se presentan en forma de mariposas que suelen revolotear en nuestros estómagos; otras simplemente hacen parecer que sufrimos de sudoración extrema o que padecemos el mal del Parkinson, pero estos son sólo estragos porque simplemente nos solemos encontrar en ese ya muy frecuentado abismo cuando no estamos seguros de algo antes de actuar. Cuando sentimos atracción por una persona inconscientemente lo demostramos, y aunque en el fondo no queremos ser tan obvios, una gran parte de nosotros desea gritárselo a susurros; si somos correspondidos, esa persona también se encuentra en la misma situación con nosotros. En caso de que así sea, ¿Quién debe dar el primer paso? Los tiempos han cambiado, las mujeres se han independizado, nos hemos vuelto más exigentes y a los hombres se les ha menguado el campo de selección en cuanto a opciones sentimentales. Ellos también sienten y al igual que nosotras, presentan ahora el temor de ser rechazados, sólo que aún vivimos en una sociedad lo suficientemente machista como para no permitirles demostrarlo en su totalidad. Ahora que ambos géneros se encuentran con los mismos temores, demostrar y aceptar libremente los sentimientos se ha convertido en un deporte extremo que sólo los valientes o los que estén totalmente seguros del terreno que explorarán, se atreverían a jugar: No es mi actual caso. No suelo dar el primer paso pero sí solía demostrar más abiertamente, sólo que experiencias pasadas me han acostumbrado a hacer lo contrario. Si soy totalmente sincera, actualmente siento que estoy rompiendo todos los paradigmas de la adolescente moderna, eso de velar por una relación seria y asentada, por alguna razón no se aplica en mi ahora, con él simplemente cada momento que paso es agradable y para sentirme apreciada no me ha hecho falta el estatus de noviazgo y mucho menos anunciar una relación en Facebook. Ciertamente es muy prematuro para estar segura de que tan correspondida soy o cuan comprometida estoy y sobretodo, de cuanto cariño estamos hablando en relación a ambas partes, pero he conocido una nueva manera de demostrar lo que siento y es: No diciéndolo, sólo queriendo; esperando que él sepa interpretar mis simples muestras de afecto. Te quiero, amigo.

Liberen a Franklin.



Cuando empiezo a debatir sobre lo que quiero y lo que me conviene, las relaciones amorosas no aplican. Sí, deberían, pero aun no sé controlar de quién me enamoro y es que, aunque aun no estoy enamorada-como-tal en estos momentos, la línea entre un Me atrae y Me gusta es críticamente delgada, y la que se encuentra entre el Me gusta y Estoy enamorada es preocupante. No, no es miedo a asentarme y establecer una relación seria, en el interior es lo que toda mujer quiere y desea, sólo que luego de varios intentos fallidos una se convierte en una linda y tierna tortuga con una coraza fuerte y difícil de traspasar pero, con ganas de que llegue alguien que logre brindar el toque de confianza suficiente como para prescindir tal complejo y en mi caso, conozco a esa persona. Esa capaz de volverme nerviosa con unas simples acciones, desconcentrarme a miradas e incluso encantarme o sacar a relucir mis lagrimas con grandes o pequeñas palabras. 

Pero luego de que el corazón hace todo lo lindo como atraerte e ilusionarte, le corresponder al cerebro realizar el trabajo sucio. 

¿Es una persona emocionalmente estable?

¿Es una buena persona?

¿Tiene malos hábitos?

¿Tiene vicios?

¿Tiene un mal pasado?

¿Tiene un pasado que aun es presente?

¿Es sincero? 

¿Es confiable? 

¿Me quiere?

Como estas y otras interrogantes me realizo frecuentemente y de 9 preguntas, 7 respuestas son positivas, de 2 no estoy segura y 1 no tiene respuesta para mi, aun... Es que sentir atracción por una persona que puede considerarse en algunos aspectos como tu anti-tesis, es hardcore. Vidas y gustos diferentes hacen que ambos no puedan compartir juntos en lo que al otro le gusta porque quizás y en algunos casos, esas acciones vayan en contra de la persona o sus principios.

Simplemente supongo que son realidades sentimentales que vivo a diario pero que masoquistamente disfruto, y lo menciono porque no es la primera vez que me sucede. Como lo diría una excelente amiga: Siempre me gusta el más dañado.

Desconocidos.



En una sociedad como la nuestra, se ha hecho cotidiano el convivir con personas que son profesionales en aplicar lo contrario a lo que pregonan, popularmente conocidas como falsas, siendo estas las fervientes practicantes de la hipocresía como condición y estilo de vida.

Gracias a la epidemia de Judas a la cual nos enfrentamos actualmente, el golpe y cuida se ha vuelto nuestra frase del día a día al momento de relacionarse con desconocidos… Sólo hasta que llegan esas personas que hacen encontrar en ti múltiples sentimientos, y ese resguardo de tu muy preciada confianza, desaparece, entregándola tan fácilmente como tu sencillo al mendigo más cercano, pensando -como diría un buen amigo-  ¡Ésta vaina tiene que ser brujería!

No sé que tienen esas personas o si en mi caso, es tal el nivel de compatibilidad que muestran conmigo que me vuelvo ciega, sorda y muda. Bajar la guardia es tan sólo el primer paso, cuando empiezo a compartir ideas, experiencias, opiniones y secretos, perdí. El riesgo está allí, presto a situarte en una posición vulnerable, pero es tan sencillo como que compartir con alguien y brindar esa confianza se vuelve necesario, produciendo tal sensación de satisfacción y tranquilidad que incluso puede llegar a volverse nocivo, sin embargo a fin de cuentas fue una decisión que como seres pensantes y con capacidad de raciocinio que somos, tomamos [Si es que realmente estábamos razonando o pensado cuando nos abrimos como un libro ante un desconocido: Prácticamente. 

Al reflexionar sobre el porqué de compartir con alguien a quien conozco de hace meses en vez de con quien me conoce desde toda la vida, me doy cuenta que fue exactamente por esa razón que decidí hacerlo: Porque no conoce mis 16 cortos años de historia y no estaría en posición de juzgar mis acciones actuales en relación a las anteriores, sería una opinión objetiva sobre lo que tiene frente a sus ojos. 


Bienvenidos los desconocidos que disfrutan entablar una larga conversación.