jueves, 23 de junio de 2016

Los límites de esas cuatro paredes se estrecharon. 

Compartieron miradas y el tacto silente. 

Siguieron a su anhelo.

Amándose... 

Sintieron el sabor de la efímera felicidad. 

Se leyeron las sonrisas. 

Y se volvieron a amar. 

Vivieron. 

Pelearon. 

Y bañados en crisis. 

¡Qué fácil se alejaron! 

... Por poco tiempo.

Duró lo que dura el pánico del que quiere y no. 

El tiempo corto del ambivalente. 

El corto tiempo del amor. 

Hacía falta el toque agridulce de su compañía. 

El sabor amargo de compartir el humo y las ideas. 

Allí, Deseo podía más que Disgusto. 

Deseo siempre sabía -a- poder más que ellos. 

Fíjate que los dos son veteranos en amarse y odiarse. 

Campeones en necesitarse. 

Ella le da equilibrio. 

Él le llena un vacío. 

El ciclo del nunca cerrar, porque ahora se necesitan más.

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