Como quien le pone curitas al corazón, el Gobierno Bolivariano disfraza el hambre del pueblo con monoanaqueles, esos de tipo exquisito que sólo exhiben un producto, porque ¿quién necesita más?
El venezolano, que se caracteriza por darle la vuelta a todo, seguro adapta las recetas de la
arepa, el arroz y el salado con el único producto que al Bicentenario le sobra.
¿Decepción a la vinagreta? A toda hora.
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